No intentes nunca que el perro entre en el transportín de primeras ni lo obligues, puedes provocar que el animal le tenga miedo y se estrese cuando esté dentro. Lo primero y más importante es familiarizarlo, y resulta muy sencillo (en la mayoría de perros).
Tenemos que tener en cuenta también el tamaño adecuado, el perro no debe ir apretado, debe poder moverse, girarse, sentarse y levantarse, pero sin ser excesivamente grande. Encontrar un transportín adecuado es más sencillo en perros de tamaño pequeño. Una vez tenemos el transportín perfecto empezaremos con la adaptación a éste de la siguiente forma:
- Dejarlo abierto en casa: primero dejaremos el transportín en casa, en una zona donde sea bien visible para el perro, para que se acostumbre a su presencia, así el perro podrá olerlo y ¿quizás meterse si es muy curioso?
- Refuerzo positivo: cuando se acerque sin miedo pasaremos a añadir algo que le resulte agradable, como un snack o juguete, o su comida favorita, y haremos que, poco a poco, cada vez esté más cerca del transportín y se vaya metiendo. Cuando ya tenga la confianza de entrar y salir podemos dejar algún snack de larga duración para que lo coma dentro, acomodarlo por dentro o su juguete favorito, siempre sin cerrar la puerta ni obligarlo.
- Coche: llegó el momento de llevar el transportín al coche y seguir con la familiarización en el propio vehículo. Con el coche parado, deja que entre y salga tranquilamente, premia siempre que entre.
- Cerrar transportín: cuando el perro esté tranquilo y se sienta cómodo dentro del objeto puedes cerrar las puerta, primero unos segundos y, poco a poco, ves alargando el tiempo que esté cerrada.
- Empieza por viajes cortos: una vez que todos los pasos anteriores estén dominados, podéis empezar a viajar, empezando por viajes cortos.
Irene Martinez
Médica Veterinaria
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.