¿Por qué los perros desarrollan un comportamiento agresivo?

CAUSAS

Debemos diferenciar entre causas orgánicas, es decir, las que son consecuencia de una patología física, y causas no orgánicas, las que son puramente conductuales.

Entre las orgánicas, destacan aquellas patologías que producen dolor, como por ejemplo heridas, abscesos, neoplasias (tumores); alteraciones endocrinas, principalmente tiroideas; alteraciones neurológicas, como tumores cerebrales o estados de demencia; alteraciones hepáticas o renales, que producen el acúmulo de sustancias “tóxicas” en la sangre que pueden alterar el nivel de consciencia de nuestras mascotas. Es fundamental realizar un examen físico completo, análisis e incluso pruebas de imagen para descartar que exista alguna patología de este tipo para poner tratamiento lo antes posible.

Entre las causas no orgánicas se encuentran las que dependen de la educación y/o temperamento del perro. Nos estamos dando cuenta de la importancia de los primeros meses de vida en el carácter del perro. El tiempo que haya pasado un perro en su etapa de cachorro con su madre y sus hermanos, si es que los tiene, en un ambiente adecuado, que no se lleve a cabo un destete precoz y la camada tenga la oportunidad de tener tiempo de juego, es fundamental en la prevención de conductas inadecuadas. En muchos más casos de los que creemos, separando a la camada precozmente, favorecemos el desarrollo de miedos, fobias y ansiedad, algo que requiere un trabajo posterior considerable para su corrección.

El ambiente en el que crece un perro, una vez que llega a un hogar, tiene una gran importancia también. Permitir que el perro tenga su espacio en su nueva familia, atenciones, tiempo de ejercicio y alimentación de calidad son fundamentales, igualmente. Esto les aporta seguridad y estabilidad.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Cuando creamos que nuestra mascota manifiesta comportamientos no habituales en él/ella, debemos acudir al veterinario, que valore si esa conducta puede ser debida a una alteración física o si, por el contrario, sería conveniente que un etólogo nos aconsejara sobre qué rutinas incluir o qué hábitos desechar en nuestra vida cotidiana, ya que en ocasiones, con pequeños ejercicios se pueden conseguir grandes cambios.


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