Pueden existir varias razones que motiven a los perros a sentarse o tumbarse sobre nuestros pies. Esta situación se puede presentar, por ejemplo, cuando estamos en pie parados y el perro se sienta sobre nuestros pies. Pero también se puede dar cuando se tumba o sienta sobre los pies cuando estamos acostados. En líneas generales, ambas conductas se justifican con los mismos impulsos.
El motivo más frecuente es, sin duda, el sentirse cerca de su propietario o los miembros de su familia. Es una forma de mantener el contacto, siendo el equivalente humano a dar un abrazo. Cuando un perro se sienta sobre nuestros pies, nos manifiesta su cariño y confianza. Esta conducta puede intensificarse en caso de que el perro detecte un cambio del estado de ánimo de la persona.
Asimismo, también puede ser una necesidad de confort. En cierto modo, nuestros pies pueden constituir una especie de almohada. Si el suelo está frio o duro, que mejor sitio donde sentarse que sobre los pies.
Asimismo, también puede tener una labor comunicativa. Se puede considerar una especie de marcaje que hacen los perros sobre su propietario, que indica a otros animales que esa persona ya tiene un amigo peludo.
No obstante, esta conducta también puede ocurrir en otras ocasiones en las que el animal se sienta inseguro o desprotegido. Si, por ejemplo, un perro tiene miedo a los petardos y se oye algún ruido fuerte, puede ocurrir que el animal se coloque sobre nuestros pies en la búsqueda de una zona segura y tranquila en donde pasar esa amarga situación.
En definitiva, el hecho de que nuestro perro se siente sobre nuestros pies, no debería de suponer ningún motivo de preocupación. Lo más probable es que sea su forma de expresarnos nuestro amor en un momento puntual. No obstante, si esa conducta sucede de forma violenta o se presenta con mucha frecuencia, lo mejor será acudir a un profesional para que evalué la situación.
Juan Vázquez
Médico veterinario
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