Ataxia en perros: ¿Qué es y cómo se trata?

¿Por qué se produce?

La ataxia tiene lugar cuando las vías que “informan” al cerebro de la posición del cuerpo y regulan el equilibrio sufren daños. Estos daños pueden darse por diferentes causas, como golpes, que producen inflamación en el sistema nervioso, virus que afectan a este sistema también, intoxicaciones o como efecto secundario de algunos fármacos.

Principales causas y su tratamiento

  • Traumatismos: cuando el perro sufre un golpe fuerte en la cabeza, como una caída, un atropello o una agresión. En este caso se produce inflamación o incluso sangrado en el cerebro, que puede dar lugar a que estas vías que transmiten la información en el cerebro, no funcionen correctamente y aparezcan los síntomas propios de la ataxia. En estos casos, se suele realizar pruebas diagnósticas de imagen, como el TAC, para valorar el daño e incluso intervenir quirúrgicamente si es necesario, para estabilizar cuanto antes al perro.
  • Intoxicación: existen algunos fármacos o productos que, cuando se ingieren en determinada cantidad, dan lugar a intoxicaciones con efectos neurológicos. En algunos casos, existen antídotos para algunas de estas sustancias y en otros casos, es necesaria la hospitalización para tratar los síntomas derivados de la intoxicación.
  • Virus: por ejemplo, el virus del moquillo puede producir síntomas neurológicos, entre ellos la ataxia, ya que el virus afecta al sistema nervioso. En este caso, el tratamiento es sintomático, es decir, que se administran fármacos que no son específicos para eliminar el virus, sino para minimizar sus efectos.
  • Síndrome vestibular: existen varios factores que pueden dar lugar a este síndrome, caracterizado por la ataxia, por el ladeo de la cabeza, nistagmo (movimiento continuado de los ojos hacia los lados o hacia arriba y abajo). Los perros que lo padecen, además, suelen vomitar por la sensación de mareo y tienen falta de apetito. En algunos casos la causa es desconocida, por otitis media o interna, o incluso puede parecer de manera espontánea en perros geriátricos. El tratamiento suele ser sintomático.

Si ves que tu perro tiene una forma diferente de caminar, notas que ladea la cabeza o que no mantiene el equilibrio, acude rápidamente a tu veterinario para poder valorar la situación y poder instaurar un tratamiento lo antes posible.

 

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