Los ojos son unas de las estructuras más sensibles y particulares del cuerpo. Estos órganos se encargan de recibir y procesar los estímulos lumínicos, así como conocer las formas y colores del mundo que nos rodea.
Por este motivo, conviene que los ojos sean correctamente cuidadas para evitar y prevenir cualquier tipo de problema.
Como cuidar los ojos
La evolución, ante el papel crucial de los ojos para la supervivencia del individuo, les ha dotado de una serie de sistemas de protección. Estos sistemas son los siguientes:
- Párpados. Barrera que protege de las agresiones externas a toda la superficie ocultar.
- Lágrimas. Encargadas de limpiar y desinfectar la capa externa del ojo.
- Pestañas y cejas. Estructuras pilosas que impiden la entrada de agentes irritantes, como polvos o arenas.
Pues de forma general, los mecanismos de defensa y limpieza de los ojos impiden que las agresiones externas puedan lesionar el tejido. No obstante, puede ocurrir que exista un fallo en estas defensas, o que estas resulten insuficientes.
Medidas y consejos para mantener una correcta higiene ocular
Como comentamos, en ocasiones puede ser necesario realizar un lavado ocular. Por ejemplo
- Procesos patológicos, como conjuntivitis o queratitis.
- Malformaciones congénitas o particularidades de las razas, como el entropión.
- Tras la exposición a humos o agentes irritantes.
Ante estas circunstancias, un correcto lavado de ojos puede ayudar a controlar el exudado y evitar las complicaciones.
Para lavar correctamente los ojos de nuestro perro, tan solo necesitamos dos elementos.
- Suero fisiológico (agua en caso de necesidad).
- Gasas. Pero nunca algodón, pues este suelta fibras y puede resultar contraproducente.
Con la mano no dominante, abriremos los párpados del perro para visualizar la mayor parte del globo ocular posible. A continuación, irrigaremos con cierta presión el suero fisiológico sobre la superficie del ojo, de forma que se arrastren todas las partículas nocivas o restos celulares.
Por último, con una gasa limpia y estéril procederemos a eliminar los restos de suero y demás suciedad que hayan podido quedar alrededor del ojo.
Con este sencillo acto, conseguiremos mantener en perfectas condiciones la superficie ocular. Además, la limpieza resulta imprescindible para la aplicación de otros tratamientos tópicos, como colirios o lágrimas artificiales.
Juan Vázquez
Médico veterinario
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