Coprofagia: ¿Por qué mi perro se come las heces?

¿Qué es la coprofagía?

Este comportamiento es una alteración de la conducta canina en la que el perro se come sus propias heces o la de otros animales.

Este comportamiento es normal en el caso de la perra recién parida, cuando limpia a sus cachorros y come las heces de éstos para que estén limpios.

Posibles causas de ingestión de heces:

Las razones de este comportamiento no están totalmente claras pero, como en cualquier trastorno de la conducta, en conveniente descartar primero problemas de salud, como por ejemplo:

  • Déficits nutricionales; por falta de pienso de calidad personalizado.
  • Algunos problemas que cursan con malabsorción intestinal;
  • Dietas bajas en calorías;
  • Diabetes;
  • Problemas pancráticos;
  • Enfermedades como el Cushing (hiperadrenocorticismo);
  • Tratamientos con cortisona (aumento de apetito);
  • Parásitos intestinales.

Una vez descartadas estas causas podemos encontrar otras de tipo conductual que pueden hacer que el perro comience a ingerir heces:

  • Para evitar el castigo;
  • Para limpiar su entorno (en el caso de estar en jaulas o recintos pequeños);
  • Baja estimulación ambiental;
  • Estrés;
  • Para llamar la atención;
  • Conducta aprendida (materna);
  • Refuerzo por parte del propietario;
  • Contacto con heces palatables para ellos (heces de gato, de persona).

¿Se puede corregir esta conducta?

Si el origen de la conducta es un problema médico, será necesario acudir a consulta y realizar los análisis y pruebas necesarias para encontrar la causa. En ocasiones son conductas puntuales (cambio en la alimentación, parásitos, tratamiento con glucocorticoides por problemas dérmicos por ejemplo) y la desaparición de ese síntoma es sencilla.

En el caso de estar causada por problemas de conducta, la eliminación de la coprofagia puede ser más complicada y, en ocasiones, es necesario acudir a un experto en comportamiento animal (etólogo) para encontrar su origen.

De forma general, puede ayudar a eliminar esa conducta diferentes acciones como:

  • Eliminar el castigo (por ejemplo, no castigar si el animal defeca dentro de casa);
  • Mantener al animal en un entorno limpio;
  • Enriquecer el ambiente (aumentar paseos, usar juegos de inteligencia…);
  •  Aumentar las raciones de alimento diarias (no dar solo comida una vez al día).
  • Dar una alimentación de mayor calidad.
  • Practicar el refuerzo positivo: premiar cuando ignores heces;
  • Redirigir: intentar desviar la atención cuando haya heces cerca para evitar su ingestión;
  • Controlar los paseos;
  • Si ingiere sus propias heces existen alimentos que empeoran su sabor: piña, fibra, calabacín, suplementos específicos.

Irene Martínez

Médica Veterinaria


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