El Alzheimer en los perros

Esta enfermedad no se corresponde con el Alzheimer humano, aunque se denomine de la misma manera y sirva como modelo de estudio para la enfermedad humana . Afecta a gran parte de los perros geriátricos, por lo que es importante acudir al veterinario si notamos que nuestra mascota puede presentar alguna de las señales propias de esta enfermedad.

Síntomas

  • Pérdida de memoria
  • Cambio de conducta, como orinar o defecar en casa.
  • Agresividad: algunos perros que nunca han mostrado agresividad hacia otras personas u otros perros, pueden empezar a mostrar menos interés por las relaciones sociales, o incluso comportamientos agresivos.
  • Alteraciones del sueño: puede que antes el perro durmiera toda la noche y ahora se despierta con frecuencia e incluso deambula por la casa mientras el resto de la casa duerme.
  • Desorientación: pueden incluso llegar a perderse en las zonas donde suele pasear con frecuencia.
  • Cambio en la conducta de alimentación e incluso de la ingesta de agua. Puede suceder que el animal no muestre signos de hambre, no le interese ni la comida ni el agua, o por el contrario, que desarrolle conductas compulsivas con alguna (o ambas).

Tratamiento

Aunque no existe un tratamiento específico que cure este síndrome, podemos recurrir a ciertos fármacos para intentar retrasar el avance del mismo. Entre ellos, los más empleados son los que favorecen un correcto riego sanguíneo al cerebro.

La dieta cobra especial importancia, que debe ser equilibrada, para evitar obesidad y carencias, en especial de vitaminas. Se pueden administrar también complejos de vitaminas y minerales.

En estos animales es necesario llevar a cabo rutinas, no interesa que el animal se sienta más desorientado de lo habitual, por lo que los horarios de comidas y paseos deben respetarse, así como intentar evita cambios de entorno para que el perro no se sienta perdido.

En caso de que el animal muestre agresividad, lo recomendable es acudir a un veterinario especialista en comportamiento, un etólogo, que nos dé unas pautas para evitar posibles agresiones en el futuro.

Debemos recordar que, si detectamos que el comportamiento de nuestro animal está cambiando, acudiremos lo antes posible al veterinario, que realizará las pruebas necesarias para diagnosticar este síndrome, para poder aplicar las medidas necesarias para retrasar su avance.


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