La hiperqueratosis ocurre al producirse en mayor cantidad queratina, que es la proteína que constituye principalmente estructuras como el pelo, almohadillas o la trufa de los perros.
Esta excesiva producción puede dar lugar a un engrosamiento de estas partes del cuerpo del perro, lo que puede derivar en el endurecimiento e incluso formación de fisuras, que permiten la entrada de bacterias, que pueden producir infecciones y dolor.
Tipos de hiperqueratosis
- La más habitual es la hiperqueratosis secundaria a otras enfermedades, como por ejemplo la Leishmaniosis, cuyos síntomas pueden ser muy variados, pero entre los que se puede encontrar alteraciones cutáneas, como ésta. También en enfermedades hepáticas se puede observar en síndrome hepatocutáneo, que produce un engrosamiento de la capa externa de las almohadillas.
- Existe también la hiperqueratosis hereditaria, que suele manifestarse en las almohadillas y a edades tempranas. Suele darse en razas como Dogo de Burdeos, Terriers, Boxer, Mastín, Bulldog, Carlino, principalmente.
- Por último y menos frecuente es la hiperqueratosis idiopática, que se da en animales generalmente de edad avanzada y sin patologías que la justifiquen.
Diagnóstico
Generalmente se realizan análisis completos de sangre, para determinar el estado general del perro y así poder valorar si existe una enfermedad subyacente. Además, se pueden realizar determinaciones de enfermedades infecciosas, como el caso de la Leishmaniosis.
Si mediante el análisis no se obtiene un diagnóstico, es recomendable realizar biopsia, es decir, obtener una muestra del tejido afectado para su análisis en el laboratorio y ver qué células o elementos se observan.
Tratamiento
Cuando su origen es una enfermedad como las que hemos mencionado anteriormente o de otro tipo, el tratamiento debe ser el de esa enfermedad, con lo que la hiperqueratosis puede reducirse.
Si se observan zonas de infección o de fisuras en la piel, que pueden ocasionar dolor, se pueden realizar tratamientos tópicos, como aplicar antibióticos e hidratar la zona afectada intensamente. Es importante que el perro no se rasque, ya que a veces, por picor o dolor, se frotan la trufa contra el suelo o se lamen excesivamente la trufa o las almohadillas, produciendo agravamientos del cuadro.
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