¿Qué es la ictericia en los perros?
La ictericia se define, de forma médica, como la presencia de una coloración amarillo anaranjado sobre la piel y las mucosas. Suele ser más evidente en estas últimas, especialmente en la región bucal y en los ojos. Esta alteración del color se debe a un incremento anormal en sangre de un pigmento llamado bilirrubina.
La presencia de este pigmento de forma patológica, suele estar relacionada con alguna alteración hepática. No obstante, pueden existir excepciones que a continuación explicaremos.
¿Qué produce la ictericia?
Como ya comentamos que la aparición de ictericia se debe a un incremento de la bilirrubina, vamos a centrarnos en contar porque a los perros “se les sube la bilirrubina”, como cantaba aquel.
- Ictericia pre-hepática: Aquí, el incremento del pigmento se ve producido por una alteración “anterior” al hígado, es decir, antes de que la sangre llegue al órgano. Por ejemplo, en ciertas anemias, la destrucción de los glóbulos rojos produce una liberación de bilirrubina.
- Ictericia hepática: La más habitual. Se produce por una alteración en el propio tejido hepático, lo que se traduce en que el órgano no pueda procesar el pigmento. Por ejemplo, hepatitis o cirrosis.
- Ictericia post-hepática: Ocurre cuando la alteración se encuentra “después” del hígado, es decir, en los conductos encargados de transportar el pigmento. Al no poder ser correctamente procesada, la bilirrubina se acumula de nuevo en el torrente sanguíneo por lo que se produce un incremento de la bilirrubina circulante. Como causas de este tipo de ictericia, podemos hablar de cálculos biliares o tumores que puedan comprimir la zona.
Tratamiento de la ictericia
El tratamiento siempre irá encaminado a solucionar la causa primaria. Teniendo en cuenta que la ictericia es un síntoma tras el que se esconde tantos procesos patológicos, siempre conviene evaluar correctamente toda la información posible para poder atinar el diagnóstico.
Por ejemplo, en las ictericias donde la funcionalidad hepática sea correcta, habrá que tratar de forma conveniente las alteraciones colaterales. En este sentido, pueden ser necesarias las cirugías para las ictericias post-hepáticas, por ejemplo.
En los perros con ictericia hepática, entendiendo que existe un problema en el parénquima del hígado, la terapia irá encaminada siempre a restablecer la función hepática normal. No obstante, existen muchas causas de hepatitis y procesos patológicos hepáticos, desde agentes infecciosos hasta sustancias toxicas. Por esta razón, conviene que el perro enfermo sea correctamente valorado por un veterinario.
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Juan Vázquez
Médico veterinario
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