La espondiloartrosis en perros

¿Qué es la espondiloartrosis en perro y por qué se produce?

La espondiloartrosis es una enfermedad ósea degenerativa que aparece sobre la columna vertebral, especialmente en los perros de avanzada edad. Este proceso patológico afecta al ligamento presente en de las vértebras, y produce unas deformaciones comúnmente denominadas como “pico de loro”, por su forma radiológica.

En la radiografía se puede observar como una especie de uña, que emerge de la parte inferior de la vértebra, avanzando hacia la vértebra contigua. En ocasiones puede formar conexión entre una vértebra y otra.

Causas de espondiloartrosis

Las causas de este proceso patológico son fundamentalmente las asociadas a la edad. Asimismo, parece afectar con más frecuencia a perros que tengan trastornos de movilidad, como displasia de cadera. También afecta en mayor medida a perros de talla grande y/o con obesidad. Existe cierta predisposición racial, como por ejemplo, en ejemplares de Pastor alemán.

Además, los animales que a lo largo de su vida han realizado actividad física de intensidad, así como actividades lesivas para la columna, como saltos o movimientos bruscos, tienen mayor riesgo de sufrir este problema.

¿Cuáles pueden ser los síntomas de la enfermedad?

Los síntomas pueden resultar un poco inespecíficos, especialmente en los estadios iniciales de enfermedad, que suelen pasar desapercibidos y fácilmente atribuidos a la edad avanzada del animal. Un perro con espondiloartrosis puede manifestar:

  • Dolor en la zona de la columna.
  • Dificultad para caminar y rigidez en la marcha.
  • Encorvamiento, también llamado cifosis.

Estos síntomas producen una notable pérdida de calidad de vida del animal, debido al consecuente malestar derivado de la lesión. Por este motivo, es frecuente que un perro enfermo de espondiloartrosis muestre una apatía general, pérdida del apetito, y cambios de comportamiento.

¿Cómo se trata la espondiloartrosis canina?

El tratamiento siempre irá dirigido de forma particular a cada animal, valorando de forma correcta tanto la edad del perro como la progresión y avance de la enfermedad. En este sentido, siempre es recomendable el uso de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos para mejorar la calidad de vida del paciente.

La administración de condroprotectores, así como como la rehabilitación y la fisioterapia, también arrojan buenos resultados. En los casos más avanzados, puede ser necesaria la cirugía como único tratamiento.

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Juan Vázquez

Médico veterinario


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