¿Los perros tienen “dolor de espalda”?

Como ya hemos introducido, la manera en que caminamos las personas, de manera erguida sobre nuestras 2 piernas determina que parte de nuestro peso recaiga en la parte baja de la espalda. Además, las actividades que realizamos a lo largo del día, como pasar muchas horas sentados en mala postura o el peso que cargamos, hace que nuestra columna, tanto en la zona lumbar como en la cervical, tenga sobrecargas y, como consecuencia, podamos desarrollar contracturas y otras lesiones más severas.

En cambio, los perros, al caminar sobre sus cuatro extremidades, no están expuestos a esa sobrecarga. Pero aún así, también pueden padecer dolores de espalda, ya que también pueden desarrollarse contracturas y otras lesiones que vamos a describir.

Principales causas de dolor de espalda en perros

Contracturas musculares: los perros también pueden sobrecargar determinadas zonas de la espalda cuando hacen un esfuerzo mayor que el que están habituados a hacer, por ejemplo si vamos a pasear una distancia muy superior a la que recorren en su día a día. Esto es habitual verlo en perros que acompañan a sus dueños un día de senderismo, cuando no suelen realizarlo. También sucede si hay cojera en una extremidad y para compensar el dolor, cargan más peso en el lado que no les duele, por lo que la musculatura de la espalda de ese lado puede contracturarse.

Artrosis: En este caso, el dolor se produce por una alteración en las vértebras, que pueden desarrollar “picos de loro”, que son sobrecrecimientos que pueden llegar a fusionar las vértebras, disminuyendo el rango de movimiento de la columna. Estos picos de loro pueden incluso presionar algunos nervios, produciendo dolor.

Protusiones/hernias discales: Entre vértebras existe un material de consistencia blanda, que amortigua el contacto entre vértebras. Este material es el disco intervertebral. Por encima de las vértebras se encuentra un “canal” por el que pasa la médula ósea, de donde nacen los nervios. Cuando un disco intervertebral se desplaza hacia arriba, hacia el canal medular, puede llegar a presionar ligeramente la médula (protusión) o incluso comprimirla completamente, en los casos más graves, en los que se produce incluso parálisis de las extremidades o se afectan funciones, como el control de los esfínteres. Esto produce dolor en la zona de la compresión.

Tratamiento

Siempre que exista dolor, sea en la zona que sea, se debe tratar, ya que lo que debemos procurar a nuestras mascotas es la mayor calidad de vida posible. El dolor disminuye esa calidad de vida.

Por lo tanto, para poder tratar un dolor, es necesario diagnosticar cuál es la patología que genera ese dolor. Una vez la tengamos identificada, podremos establecer un tratamiento adecuado, bien sea como tratamiento farmacológico, quirúrgico o con determinados ejercicios de fisioterapia o rehabilitación.

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