Miasis en perros: aprenda más sobre esta enfermedad

¿Por qué se produce?

Cuando existe una herida abierta en la piel, que puede ser pequeña, pero no se está tratando adecuadamente o no te has dado cuenta de que tu amigo perruno la tiene, las moscas pueden depositar sus huevos en ella, ya que las larvas encontrarán al nacer, un medio en el que poder alimentarse y desarrollarse.

Esto suele suceder en épocas de calor, cuando hay moscas.

Las heridas ofrecen un lugar cálido y húmedo, perfecto para el desarrollo de las larvas.

Es habitual en perros que viven en jardines o fincas y que, en muchas ocasiones, se hacen heridas sin que los dueños se dén cuenta.

Las moscas no ponen huevos sobre piel sana, sólo lo hacen cuando previamente existe la herida.

¿Cómo podemos detectarlo?

Cuando en una herida hay larvas, se ven unos elementos de color blanco, que pueden ser de forma redondeada o alargada, en función de la etapa de crecimiento en la que se encuentren, que pueden estar en movimiento o no.

Suelen crear en las heridas una forma característica, ya que van creando un agujero, que es la falta de tejido del que se han ido alimentando. Y la herida desprende un olor fuerte, por la muerte del tejido que van destruyendo las larvas.

¿Qué se puede hacer?

Lo primero que debemos hacer si vemos que nuestro perro tiene larvas en una herida es llevarlo a la clínica veterinaria, donde habrá que retirar todas las larvas y desinfectar la herida. Suele ser necesario retirar todo el tejido muerto y asegurarse de que no quedan huevos que puedan eclosionar y comenzar el ciclo de nuevo.

Existen casos incluso de shock anafiláctico, ya que las larvas producen una enzima en su saliva para poder destruir el tejido y alimentarse de él. Si existe gran cantidad de larvas, todas esas enzimas pueden desencadenar una reacción en el perro que puede incluso producir un shock. Por lo tanto, en este caso es vital acudir al veterinario en ese momento para poder estabilizarlo y proceder a la limpieza de la herida.

Para tratar la infección se deberá administrar el antibiótico que el veterinario considere oportuno en función de la severidad de la herida, así como antiinflamatorios y analgésicos.

Por lo tanto, siempre que exista una herida y el perro tenga acceso al exterior (que viva en un jardín, por ejemplo), es recomendable que, hasta que no esté curada, no salga sin supervisión, para que no se produzca esta desagradable infestación.

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