¿Por qué los perros lamen sus heridas?

Componentes de la saliva

No sólo la de la especie canina, sino en la de todas las especies, existen sustancias y microorganismos que favorecen la cicatrización. Pero también existen bacterias que pueden dar lugar a infecciones en determinadas heridas.

Las heridas que se producen en la boca siempre están en contacto con la saliva, que tiene un efecto protector de la mucosa, por ciertas proteínas, enzimas e incluso inmunoglobulinas (anticuerpos), lo que favorece su cicatrización.

¿Y qué ocurre con las heridas en otras partes del cuerpo?

Cuando interviene el lamido en estas heridas, tenemos que tener en cuenta la erosión que produce la lengua sobre la piel dañada, y más aún si el lamido es compulsivo, como ocurre en muchos casos. Este efecto sobre la piel puede dar lugar a heridas más extensas e infecciones, lo que hace necesario recurrir a antibióticos para que se produzca la cicatrización de manera adecuada.

Como hemos mencionado, algunos perros adquieren una conducta de lamido exagerada, lo que hace imprescindible cubrir la herida con vendajes o el uso de collar isabelino para evitar este lamido.

Además, la humedad que se genera en la herida no favorece una buena evolución de la misma. Esto ocurre con mayor frecuencia en razas con pliegues cutáneos, como por ejemplo Bulldogs o Shar-pei.

Entonces, ¿por qué se lamen?

Las heridas o lesiones en la piel producen molestia, dolor e incluso picor. La manera en que los perros pueden aliviar ese picor o dolor es mediante el lamido. Pero en ocasiones esto da lugar a más picor, por lo que el lamido, en vez de disminuir esa sensación, la incrementa, lo que da lugar a más lamido y así sucesivamente.

En ocasiones no sólo lamen sus propias heridas, sino las de sus amigos perrunos o felinos. Esto tampoco sería aconsejable, por las mismas razones que hemos comentado, aunque en caso de lamidos a otros no suele haber un comportamiento tan repetitivo.

Como conclusión podríamos decir que el lamido de las heridas no es recomendable. Lo ideal es mantenerlas lo más secas posibles y evitar el contacto con la saliva. Sería conveniente también acudir al veterinario por si hiciera falta realizar alguna cura especial o administrarle algún medicamento.