¿Qué es el síndrome de Wobbler?

El síndrome de Wobbler, o también llamada espondilomielopatía cervical, es un trastorno que afecta a la región cervical de la columna vertebral y la medula espinal. Es más frecuente en razas de tamaño grande y gigante, como Gran Danes, Mastin o Doberman. No obstante, aunque mucho menos frecuente, también se han descrito casos esporádicos en razas de tamaño mucho mas pequeño, como por ejemplo Yorkshire Terrier.

El síndrome comienza cuando se produce una compresión de la medula espinal, a la altura de las vertebras cervicales, lo que produce una serie de trastornos nerviosos. Se sospecha que la etiología fundamental de este trastorno, tiene un componente genético, que ocasiona la lesión en los discos intervertebrales y la consiguiente compresión medular.

Síntomas del síndrome

En este sentido, y dada la ubicación de la lesión, un animal que padezca el síndrome de Woobbler, presentará los siguientes síntomas:

  • Rigidez y color en el cuello: Quizás sea uno de los síntomas más fácilmente detectables por el propietario. El perro adopta posiciones “robóticas” debido al malestar.
  • Tambaleo: Otra característica es la existencia de unos temblores durante la marcha.

Asimismo, puede mostrar otra variedad de síntomas, como dificultad para comer o quejidos durante la ingesta o signos de parálisis facial como caída de la lengua o babeo.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnostico de la enfermedad, primero se lleva a cabo basándose en la anamnesis. La forma de presentación, las características del animal, así como los signos clínicos, pueden orientar acerca de la existencia de una espondilomielopatía cervical. No obstante, el diagnostico definitivo se debe llevar a cabo mediante el uso de pruebas de diagnóstico por imagen.

Para ello, puede llevarse a cabo una radiografía para valorar el estado de la columna vertebral. No obstante, las pruebas más específicas como la resonancia magnética o la tomografía axial computarizada, siempre van a ser mucho más reveladoras y pueden ofrecer una mayor aproximación a la gravedad de la lesión.

El siguiente paso tras el diagnóstico, es el tratamiento, el cual lamentablemente, es exclusivamente quirúrgico. No obstante, se debe valorar la condición completa del animal y evaluar los beneficios-riesgos de la intervención.

En caso de optar por un manejo conservador, se puede contemplar un tratamiento medico y un manejo a base de rehabilitación, que nunca será curativo, solo paliativo. De este modo, permitiremos al animal vivir con calidad de vida a pesar de la condición.

Juan Vázquez

Médico veterinario


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